Desde el año pasado Ford se ha centrado en su proyecto de crear una versión con carrocería de aluminio del modelo F-150, pero el constructor también ha comenzado a reorganizar su huella productiva en Norteamérica

El ambicioso programa de Ford para producir la versión de aluminio de la camioneta pick-up F-150 no ha estado exenta de problemas y costes. El proyecto ha tardado más de lo previsto hasta alcanzar la producción plena y ha conllevado una pérdida de cuota de mercado de entorno a un tercio para el F-150 desde mediados de 2014 hasta el primer trimestre de 2015. Además, mientras Ford esperaba que los demás constructores compitieran con sus propios modelos con carrocería de aluminio, esto todavía no ha sucedido.

Sus principales competidores, especialmente GM y Ram, han seguido produciendo carrocerías de acero para sus camionetas, aunque han aplicado el aluminio de manera selectiva, especialmente en puertas y parachoques. Los modelos pick-up de los fabricantes japoneses, especialmente el Toyota Tundra y Nissan Titan, también continuarán produciéndose principalmente con acero como principal material estructural. Además, las aseguradoras han mostrado su preocupación sobre los costes de reparación de los modelos F-150, a pesar del aumento de las ventas desde mediados del año pasado, la falta de proveedores (más que la falta de clientes) sigue siendo el principal problema, parece que estas cuestiones no han tenido un impacto notable en los compradores. El modelo F-150 sigue siendo tan popular como siempre.

F-150, Ford Dearborn

El proyecto del nuevo F-150 tardó más de lo esperado en alcanzar la plena producción
Los retos de producción y demanda
Ford decidió producir una carrocería de aluminio para el nuevo F-150 para enfrentarse a la necesidad de reducir el consumo de combustible y mejorar su índice CAFE (promedio corporativo de economía de combustible, corporate average fuel economy), especialmente debido al excesivo peso del modelo anterior. Ford también quería diferenciarse tecnológicamente de los competidores con este nuevo modelo. A pesar de que los primeros días de producción del nuevo F150 estuvieron plagados de problemas técnicos, en verano de 2015 el reto de Ford se convirtió en conseguir cumplir con la demanda.  

Cumplir con la demanda se convirtió en un problema porque su proveedor clave, Metalsa, no podría cumplir con los grandes volúmenes que se requerían. Por ello, Ford tuvo que contratar a un segundo proveedor, Tower, para el chasis de acero. Tower esta instalando ahora dos nuevas líneas de ensamblado en su fábrica de Bellevue, Michigan para mantener los volúmenes requeridos por Ford; este contrato está valorado en 100 millones de dólares anuales para la empresa. 

Trasladando la producción a México y Tailandia
Además de resolver varios cuellos de botella en el proyecto del F-150, Ford ha comenzado a realizar cambios en su huella productiva en Norteamérica.  Ford informó en julio que debido al descenso de la demanda de sus vehículos compactos, Focus y C-Max, ha decidido cambiar la producción de su planta en Wayne, Michigan a una planta en México, donde estos modelos cambiarán a una nueva plataforma en 2018.

Según algunos informes de noviembre, se ha cerrado un amplio acuerdo con el sindicato de trabajadores del sector automovilístico (UAW, United Auto Workers) para mudar la producción de los modelos Focus y C-Max desde Michigan a México, pero también para desplazar la producción estadounidense de los modelos Taurus, Fusion y Lincoln MKC cuando se acabe el ciclo vital de estos modelos. México es el destino más probable para la mayoría de los modelos compactos como Focus/C-Max producidos en Norteamérica, mientras que la producción del Fiesta más pequeño (actualmente en México) podría pasar a Tailandia para hacer sitio para los nuevos modelos procedentes de Michigan. 

La producción del Fusion se concentrará en México, donde se ya se produce además de en EEUU, todavía no se ha aclarado donde se producirá el próximo Taurus, si es que lo hay. 


El excelente rendimiento de Ford en Norteamérica contrasta con sus pérdidas en Europa, Oriente Medio y Sudamérica)


Cuando se hagan efectivos estos cambios de modelos, los únicos modelos de utilitarios que Ford producirá en Estados Unidos serán el Mustang y el Lincoln Continental. Por otro lado, Ford centrará su producción estadounidense en vehículos pick-up y SUV. El acuerdo con el sindicato UAW podría confirmar el retorno a EEUU de la producción del modelo pick-up Ranger y el SUV Bronco, dos modelos que han estado fuera del catálogo de producción de Ford en Norteamérica desde hace varios años. El Ranger se produjo por última vez en St Paul, Minnesota a mediados de 2011, aunque todavía se produce en Sudáfrica, Tailandia, Argentina y también en menor volumen a partir de kits en Nigeria un modelo con el nombre Ranger – basado en un diseño body-on-frame australiano. El modelo Bronco había desaparecido en 1996.

Ford Flat RockMustang y Lincoln Continental serán los únicos utilitarios producidos por Ford en EEUU. El principal objetivo serán los modelos pick-up y SUV
Un dilema de modelos  
El modelo F-150 representa una gran proporción de las ventas de Ford en EEUU, por ello Ford necesita un modelo pick-up más pequeño para mejorar sus índices de eficiencia de combustible y, según algunos informes, Ford podría traer su camioneta compacta, Troller, de Brasil a EEUU, aunque no se espera que se vendan muchas unidades de este modelo. Otra posibilidad es la producción en Wayne de su pequeño furgón Transit Connect que en la actualidad se importa a EEUU desde la planta de Ford en Valencia, España.

Después de la recesión de 2008, la planta de Ford en Wayne recibió una inversión de 550 millones de dólares y cambió su producción de grandes camiones a automóviles compactos. Recibió una subvención parcial por parte del gobierno para asistir en el cambio de producción a vehículos más eficientes como el Focus y el C-Max. Dicho esto, la versión actual no incluye el modelo híbrido, que no se espera hasta por lo menos 2018. Es probable que se produzca en EEUU en lugar de México una versión híbrida basada en la próxima plataforma del Focus. Sin embargo, con la caída de los precios de los combustibles, se ha reducido la necesidad de los consumidores estadounidenses de comprar vehículos más pequeños y han crecido las ventas de los modelos más grandes: en el primer semestre de 2015 las ventas del Focus y C-Max cayeron un 3,2% y un 17% respectivamente.

Ford no cuenta con un crossover compacto (o SUV de segmento B) en EEUU. No cuenta con ningún modelo para competir con los modelos Chevrolet Trax o Honda HR-V, ya que ha decidido importar el EcoSport de Brasil o la India; de hecho, según la prensa india, se podrían fletar 90.000 automóviles desde la India a EEUU a partir de finales de 2017. Sin embargo, Ford necesita un vehículo para este creciente segmento cuanto antes para cumplir con la demanda del mercado como para reducir sus promedio de consumo de combustible, pero hay informes de que Ford podría retrasar el lanzamiento del EcoSport en Norteamérica hasta 2018 o incluso 2019.  El vehículo actual no ha tenido éxito en su lanzamiento en Europa, donde está floreciendo el mercado de modelos crossover compactos, por lo que Ford podría decidir esperar hasta la siguiente versión de este modelo antes de arriesgar un nuevo gran lanzamiento con un vehículo que no cumple las expectativas.

En el segmento opuesto del mercado, Ford está planeando volver a introducir la marca Lincoln Continental. Está previsto que comience la producción de esta marca en su planta de Flat Rock, Michigan, en sustitución del modelo sedán Lincoln MKS. El Continental se producirá junto con el deportivo Mustang. Aparentemente el nuevo modelo Lincoln se ha diseñado pensando en los mercados de exportación, especialmente China.

En el sector de vehículos comerciales, Ford ha comenzado a producir la nueva generación de camiones de tamaño medio, F-650 y F-750 en Avon Lake, Cleveland, lo que ha permitido salvar 1.400 puestos de trabajo. Esta planta estaba en peligro de cierre y anteriormente había producido los furgones Econoline y Serie E.  Se ha interrumpido la producción de estos modelos y se han sustituido con versiones estadounidenses del furgón europeo Transit, que se producen en la planta de camiones de Ford en Kansas City, Missouri.

Negociando convenios laborales
Además de retocar su huella de producción y de enfrentarse con el reto de lanzar el nuevo pick-up F-150, Ford también ha llevado a cabo negociaciones con el sindicato UAW sobre el nuevo acuerdo laboral que afectará a 52.000 empleados en todo el país.  La empresa evitó la bancarrota en la última recesión y Ford todavía no ha podido beneficiarse de los nuevos acuerdos laborales que GM y Chrysler han negociado después de sus respectivas bancarrotas.

Ford actualmente paga a sus empleados una media de 57 dólares por hora, entorno a 2 dólares más que GM y 10 dólares más por hora que Chrysler. GM y Chrysler han podido contratar en la escala más baja de salarios de manera ilimitada, pero con el acuerdo actual, Ford solo puede contratar al 28% de los trabajadores en este segmento salarial. Esto genera una desventaja notable en los costes de producción respecto a sus competidores domésticos y por ello Ford necesita cambiar su catálogo de productos en EEUU. Si se alcanza un acuerdo laboral con UAW, conllevará una inversión de 9.000 millones de dólares en sus fábricas de EEUU en los próximos cuatro años.

Las propuestas de inversión de Ford en EEUU

  • Ensamblado en Chicago: Inversión de 900 millones de dólares para el nuevo SUV de patrulla policial, Ford Explorer, y un nuevo modelo todavía no especificado; la producción del Taurus continuará hasta el fin del ciclo vital del modelo
  • Camión en Dearborn: Inversión de 250 millones de dólares para asistir en la producción continuada del F-150 además del nuevo Raptor
  • Ensamblado en Flat Rock: $400m para producir el Mustang actual y el nuevo Continental; la producción del Fusion permanecerá hasta el final de vida de la versión actual
  • Ensamblado en Kansas City: 200 millones de dólares para la producción actual de los modelos F-150 y Transit
  • Ensamblado de camiones en Kentucky: 600 millones de dólares en un nuevo camión de carga pesada (Super Duty), además de la producción continuada de los modelos Ford Expedition/Lincoln Navigator y la producción de componentes de suministro interno
  • Ensamblado en Louisville: 700 millones de dólares para el nuevo Escape, aprovechando la capacidad liberada por el fin de producción del Lincoln MKC
  • Ensamblado en Michigan: 700 millones de dólares para un nuevo vehículo en 2018 y otro en 2020 cuando finalice la producción de los modelos Focus y C-Max; se espera que los nuevos modelos sean el modelo pick-up Ranger y el SUV Bronco
  • Ensamblado en Ohio: 250 millones de dólares para la producción actual y futura de camiones de carga media

Los buenos resultados financieros de Ford han alegrado a los inversores y también han dado poder de negociación a los sindicatos. Los beneficios de Ford en el segundo trimestre de 2015 crecieron un 44% hasta los 2.600 millones antes de impuestos y 1.900 millones después de impuestos; este ha sido su mayor beneficio trimestral en la historia en Norteamérica y se ha obtenido gracias a las ventas a precio completo del modelo F-150. Además, Ford ha indicado que los resultados del segundo semestre serán incluso mejores, se espera que las cifras del F-150 contribuyan significativamente y estos datos fortalecerán notablemente la posición del sindicato UAW en las negociaciones de los convenios laborales. 

El excelente rendimiento de Ford en Norteamérica contrasta con sus pérdidas continuadas en Europa, Oriente Medio y Sudamérica, aunque los recortes en la región Asia-Pacífico han permitido unos humildes beneficios de 192 millones de dólares este trimestre. El buen rendimiento financiero en Norteamérica se debe principalmente al aumento de las ventas de los modelos SUV y crossover. Por ejemplo, en julio Ford informó que las ventas del Lincoln MKC crecieron un 60%, el MKX subió un 27% y el Ford Edge aumentó las ventas en un 17%. Dicho esto, el mercado está rechazando los SUV más grandes y de mayor consumo, por lo que por ejemplo las ventas del modelo Expedition cayeron un 38%.

A pesar de estar en números verdes, Ford ha alcanzado una encrucijada en Norteamérica. Necesita reducir su base de costes para poder seguir compitiendo con GM y Chrysler, además de las marcas japonesas y coreanas. Todos estos fabricantes tienen costes menores que Ford, pero no está obteniendo el apoyo de UAW a este respecto. En la práctica, Ford se conformará con alcanzar un acuerdo con UAW, porque le permitirá modificar su catálogo de productos en EEUU a modelos más rentables y cambiará la producción de los modelos con menor margen a la producción en otros países.

Línea de motores de los modelos F-650 y F750Los beneficios de Ford Norteamérica siguen procediendo de los modelos más grandes como el F-650 y el F-750
La estrategia del futuro 
Los beneficios de Ford Norteamérica siguen procediendo principalmente de los modelos más grandes a pesar de reducir las ventas de los modelos V8 y aumentar las ventas de modelos V6, además de una mayor demanda de modelos de cuatro cilindros en línea. Ford lanzará también varias versiones del F-150 de alto rendimiento y eficiencia de consumo. Estos serán rentables, pero son contrarios a la estrategia de aumentar la producción de vehículos pequeños y de gran eficiencia energética. Ford no dispone de modelos crossover pequeños que seguramente aumentarán su demanda también en Norteamérica en los próximos años. Además, vistos los problemas de Volkswagen con sus motores diesel, el mercado de vehículos compactos y de tamaño medio podría ser más accesible para las marcas domésticas.  

Para beneficiarse de este imprevisto giro de la situación, Ford debe posicionarse mejor que en la actualidad en el mercado de vehículos pequeños y compactos o crossover. Sin embargo su acuerdo con UAW parece estar centrado en los modelos más grandes y cualquier crecimiento en la demanda de vehículos la cubrirán las fábricas en el extranjero; no es probable que su fábricas en Norteamérica sean lo suficientemente flexibles para cambiar la producción nuevamente a vehículos más pequeños para acomodarse a los potenciales cambios del mercado.

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